23 febrero 2006

Sobre la música comercial, el infierno y otras cosas curiosas

Hacía mucho que no escribía, señores, mejor lo sé yo que nadie. Ha sido un otoño y un invierno cuanto menos moviditos, algo cargados, y bueno... digamos que me he despistado un poco. Pero como una no es de piedra, y al fin y al cabo, aunque digan que produce cáncer (y a veces se diría que tienen razón...), mi cerebro es un humilde pecador y cae una y otra vez en el vicio de leer, curiosear y pensar, pues me entero de la existencia del texto que a continuación paso a reproducir:

Turron dijo...

lo que no entiendo y me ofende es que te gusten iguana tango y grupos de ese estilo y luego te molen los red hot. Fijo que si te paso el mother's milk ni sabes lo que es eso. Mala idea de los red hot el sacar el californication!!!


En el blog de una amiga y lo único que puedo hacer es poner mi cabecita repleta de materia gris (y eso que la tengo grande...) a funcionar.

Y digo yo que qué carajo tendrá de malo escuchar cuantas más cosas mejor. Y digo yo que qué carajo tendrá de malo la música comercial. Ah, ya, sí, es comercial. Claro, acabáramos. Cómo no se me habría ocurrido antes...

¿Y qué tiene de malo que sea comercial? Ah, que vende. ¿Y qué tiene de malo que venda? Que se prostituye... Y aquí, señores, se me queda cojo el razonamiento. Porque claro, por esa regla de tres, se prostituye el científico que patenta su idea y vende la fórmula de un detergente. O se prostituye el director que vende su película (por buena o mala que sea) a una cadena de televisión (curiosamente, los que más se tiran de los pelos frente a Hollywood y los que más despotrican contra el cine comercial son los que se matan con quien sea por un Oscar). Imagínense que a alguien se le ocurriera llevarse las manos a la cabeza porque Cervantes entregó el Quijote a un editor para que lo publicase y lo comercializase (tóquense los pies...).

En fin, a mí esto de la guerra música comercial- música no comercial me parece que rallano en el absurdo. Y lo de calificar como arte la música no comercial (no he escuchado más truños y más fraudes en mi vida que entre ese "tipo" de música) y basura la comercial ya directamente me saca de mis casillas. Por qué una composición de Kike Santander es necesariamente y de entrada una basura (simplemente porque la canta Bisbal) y una de... Red Hot Chili Peppers es necesariamente y de entrada arte en estado puro? (sin hacer de menos a los Red Hot).

Porque, vamos a ver: ¿quién eres tú para juzgar si un Mondrian es arte o una tomadura de pelo? ¿quién eres tú para juzgar si un Tiziano es una obra de arte o una basura? ¿Quién eres tú para juzgar si un estilo cinematográfico es aceptable o no? ¿Quién eres tú para juzgar si un tipo de música es arte o basura? ¿QUIÉN CARAJO TE CREES QUE ERES? ¿Algún experto? ¿Un crítico, quizá? ¿Quién narices te crees tú para juzgar y decepcionarte por lo que escuche o no escuche, le guste o le deje de gustar al vecino, así sea Kurosawa, John Ford, los Beatles, los Rolling, Fra'Angelico, Dalí o Iguana Tango?

Pues sí, yo lo confieso, porque me resulta un orgullo: me siento muy orgullosa, PERO QUE MUY ORGULLOSA de escuchar todo tipo de música, desde clásica a flamenco, pasando por todo lo popular y todo lo que no lo es, todo lo comercial y todo lo que no lo es. Sí, a mí me gusta Iguana Tango, María Jiménez, Mozart, Beethoven, los Beatles, Bon Jovi, Miguel Bosé, Ana Belén, Bisbal, Chenoa y Rosa López entre otros muchos.

¿Y quién eres tú para juzgarme?