08 agosto 2005

www.20minutos.es - Arde en Jaén el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas

Otra vez. Otra maldita vez. Me encuentro en un estado de nervios bastante grande. El fuego suele afectarme mucho, pero esto clama al cielo. Cuando llegue a mi pueblo (Chiclana de Segura, a 20 km de Villanueva del Arzobismo, en la misma falda de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, sé que sólo encontraré desolación, mire hacia donde mire. Porque si miro hacia el noroeste, me encontraré la desolación del terrible incencio que asoló el Condado el verano pasado. Si miro hacia el sur- sureste, encontraré la desolación que está dejando este fuego, si es que no me encuentro aún las llamas.

Por suerte parece que alguien no quiere demasiadas responsabilidades políticas y ha decidido declarar la alerta de nivel 2 antes de 24 horas. 200 personas de diferentes aldeas entre Villanueva del Arzobispo y Orcera (pongamos unos 40km entre una y otra por una escarpada sierra) han tenido que ser desalojadas. Lo cual me da una idea de que las proporciones del incendio vienen a ser similares a las del de León, solo que en mucho menos tiempo.

Casi me juego el cuello a que no ha sido un incendio accidental, sino provocado. Y si ha sido accidental, lo ha sido, como siempre, por un mal uso de la naturaleza, por un "descuido" humano.

Si analizamos la situación del verano, se está poniendo un especial cuidado, pero el calor por sí sólo no provoca un incencio, por seca que esté la tierra. Si no, Madrid debería estar ardiendo entera. No ha habido tormentas que puedan generar una chispa, incluso se ha limitado y controlado el uso de maquinaria agrícola para evitar que una chispa derivada del roce del metal caliente con una piedra pueda generar un incendio en unos campos que están completamente secos. ¿Un incendio por causas naturales o un desgraciado accidente? No. Primero por lo que he dicho antes. Segundo, porque la zona está muy cercana al pantano del Tranco (de los más importantes de Jaén), al nacimiento del Guadalquivir (que si bien va seco en esta época del año hace que los alrededores no lo estén tanto como cabría esperar de la sequía) y a multitud de arroyos y ríos. Y tercero porque ES ZONA DE BOSQUE, salvo en las cercanías (muy cercanas) de los pueblos, no hay trabajos agrícolas (en el bosque). Y los trabajos que ahora se hacen en olivar (que ya debiera estar desbrozado y limpio desde la primavera) no es frecuente que puedan producir chispas.

Y ahora me pregunto y dejo la pregunta al aire por si alguien quiere reflexionar. ¿Cuánto tiempo pasará sin que se hable de zona catastrófica? ¿O quizá estará demasiado cerca el incendio de Guadalajara como para no hablar de ello? Recuerdo que los últimos incendios en Andalucía han sido ignorados por todo el mundo (administración central, medios de comunicación, etc, desde que sucedieron hace un año). Motivo de ello es que nadie se haya acordado de pedir la declaración de zona catastrófica, que no se haya concedido y que a día de hoy estas comarcas estén saliendo adelante como pueden. No sé si es que nos da igual que Andalucía se acabe de convertir en una extensión del desierto del Sahara. Total, pensarán algunos, si ya le queda poco. Pues no. Andalucía siempre ha sido un vergel, hay tanto bosque casi, como en el norte. O mejor dicho, había. Sólo había que mirar de refilón la sierra de Aracena (quemada en buena parte), la Sierras de Cazorla, Segura y las Villas (quemadas en buena parte), Despeñaperros, etc.Y esto sólo más al norte, y sólo lo que conocen mis pies.

Espero que en esta ocasión alguien reaccione. El fuego ya no se puede evitar, podemos intentar evitar que se extienda más, no podemos hacer otra cosa. Pero se puede reaccionar al asunto. ¿O es que los gobiernos regionales y centrales seguirán esperando veranos hasta que la paciencia de los ciudadanos se colme y reaccionen irracional y desesperadamente? Porque a algunos nos huele ya tanto a tierra quemada adrede y a especulación, que sentimos que nos queda poca paciencia.

07 agosto 2005

Arde la península

Otra vez más, desgraciada y tristemente hay que hablar del fuego. La Península Ibérica arde por los cuatro costados sin que esto tengo visos de cambiar.
En realidad aún estoy un poco rara, un poco todavía en el atontamiento de las vacaciones y a la vez con la conmoción y la desesperación de comprobar que no aprendemos por más que caigamos en la misma piedra.
En esta ocasión tengo que hacer una rectificación, rectificar es de sabios. Si la última vez que opiné sobre esta lacra consideré que buena parte de la responsabilidad de la mala gestión de los últimos incendios la ha tenido el partido gobernante, hoy tengo que reconocer que, si bien es cierto que los anteriores habían sucedido en comunidades gobernadas por el psoe (por cierto, que sólo después del incendio de Guadalajara, ante la pregunta comprometedora de un periodista al señor Chaves en la Rábida, se ha hablado de la declaración de zona catastrófica en Huelva, Sevilla y Jaén por los incendios del verano pasado, declaración que, por cierto, según las últimas noticias que tuve, fue denegada), no son menos graves los incendios que están activos en Castilla y León y Galicia. Y que la gestión vuelve a ser otra vez precaria. Vuelve a haber quejas por falta de medios, por mala gestión. Lo cierto es que no dejo de preguntarme si alguna vez aprenderemos que hay que actuar más, que hay que aprender de lo que nos pasa y poner los medios para que si vuelve a suceder, se ataje con la mayor velocidad posible.
Y en cuanto a los de Portugal.. bien, es que en ese caso no me salen las palabras. Me embarga la ira y la decepción al pensar que mientras medio país se está quemando, su primer ministro sigue de vacaciones en Kenia como si nada sucediese. Mientras se queman las casas de sus ciudadanos, está muriendo gente intentando apagarlo y medio país está en riesgo no sólo de quemarse, sino de morir, el sigue de campo y playa en Kenia. Absolutamente lamentable.