18 abril 2007

Quién me iba a decir...

El año pasado, más o menos por estas fechas, escribía sobre la Romería de la Virgen de la Cabeza.
Se aproxima el fin de semana de la romería (y con él de la la Carrasca, para el que yo verdaderamente voy contando los días y casi hasta las horas) y desde entonces hay que hacer un balance que nunca pensé que pudiera hacer cuando escribí el post.

Quién me iba a decir a mí entonces que lo que escribí con indignación, como protesta y quizá un poco como acto de rebeldía políticamente incorrecta (hoy más que nunca) hoy iba a ser algo importante para mí, que iba a estar a punto de comprobar aquello de lo que hablaba, literalmente, en mis propias carnes y que iba a conocer la Cofradía de Madrid tan de cercal, es más, que iba a acabar siendo cofrade, yo que llevaba 15 años cruzándome con ellos. Creo que ese post tuvo algo de "profético", en algún sentido que no alcanzo a descubrir, pero alcanzo a sentir.

Todavía no ha llegado el fin de semana, pero el ambiente que se respira ya, promete. Promete mucho. Algunas cosas dan, más que vértigo, miedo: la aglomeración (las odio, peeeeero...), o la mantilla (¿¿¿alguien es capaz de imaginarme con una mantilla??? Yo, desde luego, no) . Desde el coro, a la cofradía pasando por los preparativos..., la fiesta de Madrid y la procesión, me parece que el balance va a ser positivo. A lo mejor me cuesta mantener el tipo y saber estar, pero se hará todo lo posible. Es parte del disfrute y tiene que ser también otra forma de expresar lo que siento.

Este año traigo fotos propias, fijo. Voy a comprobar con mis propios ojos todo, a disfrutar, a lo que se va a las romerías (además de divertirse, que es a sentir, a sentir eso que no se puede explicar a otro que no lo siente) y, sobre todo, a no cansarme de ver la carita del hombre más feliz del universo, que se que va a serlo. Y yo, con él.

Quién me lo iba a decir...

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