19 julio 2005

El fuego. Otra vez.

Ayer (sólo ayer, antes no me había enterado, estaba absorta en mis vacaciones) me enteré de lo sucedido en Guadalajara.
Un desierto más que puede sumarse a los que ya tenemos en sitios como la sierra de Huelva y Sevilla (todavía se me ponen los pelos de punta cuando paso), parte de la comarca del Condado de Jaén (de donde soy orihunda y donde aún lloro cuando por casualidad puedo atisbar la zona triste y dantescamente carbonizada el verano pasado) y tantos otros que no conozco.

Lo cierto es que, cada vez más y cada vez que ocurre algo así, no puedo dejar de preguntarme cómo ha pasado esto, cómo con las supuestas campañas de prevención que se llevan haciendo desde que tenga uso de razón y probablemente desde mucho antes, cómo con los supuestos medios modernos, informatizados, tecnificados, etc. que tenemos no se previene un incendio de estas características, no se actúa con rapidez y lo que es más importante, se le deja crecer hasta asolar unas dimensiones equivalentes a 17.000 campos de fútbol. ¿Algún posible lector puede imaginar 17.000 Bernabeus o Vicentes Calderones, o siquiera estadios Colombinos juntos? A mí, sinceramente, me resulta muy difícil, cuando no imposible.

Los titulares de prensa son muy críticos, muy directos y a mi entender dan en la diana de lleno (se pueden consultar aquí:
http://www.periodistadigital.com/periodismo/object.php?o=128029 ). No puedo explicarme que en un solo año de gobierno hayamos tenido los incendios más peligrosos, más virulentos y más destructivos de los últimos 20 años. ¡En un año, señores! Un año es mucho decir.
Cierto que hay cosas que no se pueden prever, o mejor dicho, no se pueden esperar (porque puestos a prever se puede hacer eso e incluso muchísimo más): una fuerte nevada, una riada, una tormenta con aparato eléctrico muy fuerte, un accidente de avión, un descarrilamiento, un incendio, el hundimiento de un petrolero... incluso un atentado terrorista. Se pueden prever, aunque es imposible saber si ocurrirá o no y, por supuesto, cuándo y cómo lo hará.

Ahora bien, infinitamente diferente es cómo se gestione. Y creo que o alguien nos está intentando vender una moto muy averiada, o estamos muy equivocados, o en este país somos todos tontos. Porque resulta que nos pasamos todo el invierno hablando de los recursos tan maravillosos de prevención y extinción que tenemos, nos gastamos cantidades ingentes de dinero en campañas publicitarias impresionantes para la concienciación ciudadana. Y resulta que cuando llega la hora de la verdad rechazamos la ayuda de las comunidades autónomas vecinas, no tenemos retenes, no tenemos medios, se nos carbonizan los bomberos (ya se que suena cruel y hasta despiadado, pero es justamente lo que ha pasado), no se podía prever... mil etcéteras.
Pero resulta que estoy harta de ir al campo, y desde pequeñita, desde muy pequeña, recuerdo que está prohibido acampar y hacer fuego fuera de las zonas dispuestas para ello (es decir, campings y barbacoas). Recuerdo que hay guardia forestal, que sí puede prohibir hacer un fuego (un guía turístico, no). Ya sabemos que aquí hay mucho listo que acampa porque quiere y porque según él sabe lo que hace, que hace fuego porque dice que él controla... e incluso hay quien se llama ecologista, se echa las manos a la cabeza porque cazar una perdiz según él destruye la naturaleza y luego coge, hace una fogata y se va a un pueblo a 7 kilómetros o a bañarse al río. Pero eso, en teoría (siempre en teoría), lo teníamos previsto.


Y como casi siempre, finalizo con una pregunta reflexiva. Esta vez, varias: ¿es casual que los tres incendios más virulentos que recuerdo se hayan producido en dos comunidades autónomas de gobierno socialista y que en los tres haya habido falta de previsión y mala gestión?
¿De verdad tenemos los medios que nos dicen que hay? ¿está bien aprovechada la inversión publicitaria o debiéramos destinarla a mejorar los medios existentes? ¿debiéramos hacer caso de los consejos de los lugareños y hombres del campo a la hora de apagar un fuego (por ejemplo, dejarles abrir un cortafuegos por donde ellos consideran que va a avanzar el incendio, cosa que en este último se hizo al contrario de lo que ellos proponían y en el de Huelva del año pasado ni siquiera se hizo)?

Yo creo que con mi exposición y reflexión anterior ya he respondido lo que pienso.

No hay comentarios: